Bonsai Ficus retusa. Bonsái de interior. Es uno de los bonsáis más comunes entre los aficionados. Su resistencia los convierte en ideales para principiantes y sus posibilidades en ideales para los expertos. Además de por su gran resistencia y capacidad de adaptación, es muy apreciada su característica más llamativa, la emisión de raíces aéreas.
Situación: Ubicar en interior, cerca de una fuente de luz natural y apartado de focos de calor o frío. Se catalogan como bonsái interior los originarios de climas tropicales En zonas de clima mediterráneo, pueden ubicarse en exterior en verano, protegiéndolos del sol intenso.
Riego: Abundante en verano y moderado en invierno.
Curiosidades: Las raíces aéreas son una característica de muchas especies de Ficus bonsái. Les sirven para poder extender sus ramas y ocupar más superficie.
Observaciones: La forma y las medidas de los bonsáis son aproximadas (maceta incluida). El color y la forma de la maceta pueden variar respecto al de la foto. Recuerda que al ser un ser vivo, el estado vegetativo de la planta cambia según la estación del año y por ello las imágenes que aparecen son representativas no contractuales.
Familia: Moraceae
Abonado: De primavera a otoño con abono órgano-mineral YukiHiryo.
Trasplante: Cada 2 años, en primavera o verano.
Sustrato: Sustrato especial para el bonsái, que satisface sus necesidades de agua y nutrientes, fomentando el desarrollo de raíces y vigor en general. También se pueden utilizar otros sustratos, como una mezcla de 70% Akadama + 30% Kiryuzuna, que promueve el crecimiento, aunque requerirá de riegos más frecuentes.
Poda: La poda se realiza en primavera.
Pinzado: Cortando a 2 hojas, cuando el brote ha tenga de 4 a 6 hojas. Todos los ficus segregan látex en los cortes, a modo de cicatrizante. No es necesario ni práctico el uso de pasta selladora para los cortes.
Alambrado: Durante todo el año.